**Las fiestas deben ser un tiempo bonito, y eso también incluye permitirse algunos caprichos.** Es importante no presionarse con reglas estrictas o prohibiciones, ya que esto puede generar estrés innecesario que podría afectar negativamente tu lipedema. En lugar de eso, ayuda liberarse conscientemente y permitirse estas excepciones. Disfruta del tiempo en familia y del placer consciente de comidas diferentes, fuera de tus rutinas habituales. Recuerda que no todos los días tienen que ser perfectos. Yo misma sigo el método 80/20 y procuro que el 80% de mi alimentación sea antiinflamatoria. Si decides darte un capricho, disfrútalo sin miedo al dolor. La clave está en el equilibrio: una relación armoniosa entre las comidas festivas y tu salud te ayudará a pasar las fiestas sin culpa ni un aumento en los dolores del lipedema.

1. Planifica tus comidas y con antelación
Piensa cómo quieres organizar y participar en las celebraciones. ¿Puedes integrar platos o snacks saludables y amigables con el lipedema? Tal vez también puedas planear un paseo después de comer para activar la circulación y reducir la sensación de pesadez en las piernas.

2. Movimiento
Apoya tu cuerpo y tu flujo linfático con pequeños entrenamientos. Caminar, hacer yoga, pilates, ejercicios de estiramiento o cepillado en seco pueden ayudarte a reducir la hinchazón y prevenir el dolor.

3. Beber agua
Un truco sencillo para cuidarte: beber mucha agua o infusiones ayuda a eliminar toxinas y reducir la hinchazón. Especialmente después de una comida grasa, ¡es fundamental beber suficiente! Prueba agua con limón tras una comida copiosa; te ayudará con la digestión.

La época navideña es una oportunidad para cuidarte, establecer límites y defenderte a ti misma. Si alguien te pregunta por qué no quieres comer algo, explica (otra vez) sobre el lipedema. Lamentablemente, tendrás que hacerlo muy a menudo. Lo sé y puede ser frustrante, pero con el tiempo lo entenderán.

Date pausas, di “no” cuando algo sea demasiado para ti y escucha a tu cuerpo. Al tomarte momentos de descanso y enfocarte en los momentos hermosos, reduces el estrés, que suele ser uno de los mayores desencadenantes de las molestias del lipedema.

Espero que estos consejos te ayuden a disfrutar del periodo previo a la Navidad y de las fiestas sin miedo a empeorar tu lipedema.

Recuerda: está perfectamente bien hacer pequeñas excepciones siempre que luego cuides bien tu cuerpo. La Navidad puede ser un gran desafío, así que cuídate y sé amable contigo misma.

Te deseo una Navidad ligera y sin dolor 🙂

Con todo mi cariño,
Talia