
Lipedema o retención de líquidos: cómo diferenciarlos en casa
¿Tienes las piernas hinchadas, pesadas o con sensación de tensión constante? Muchas mujeres piensan que se trata simplemente de retención de líquidos, pero en realidad podrían estar conviviendo con lipedema, una patología crónica y poco diagnosticada. Aunque ambos comparten síntomas, su origen y tratamiento son distintos.
En este artículo te ayudamos a diferenciar lipedema y retención de líquidos con señales claras y comprobables en casa. Conocer la diferencia es el primer paso para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué es la retención de líquidos?
La retención de líquidos o edema es una acumulación anormal de agua en los tejidos. Puede deberse a calor, mala circulación, cambios hormonales, sedentarismo o una alimentación alta en sodio. Suele ser temporal y mejorar con movimiento, drenaje linfático o cambios en la dieta.
¿Qué es el lipedema?
El lipedema, en cambio, es una enfermedad crónica que afecta el tejido graso subcutáneo, principalmente en piernas, caderas y brazos. Se caracteriza por un aumento desproporcionado de grasa dolorosa, sensibilidad extrema al tacto y dificultad para perder volumen en las zonas afectadas. No mejora con dieta ni ejercicio convencional.
Diferencias clave entre lipedema y retención de líquidos
Síntoma | Lipedema | Retención de líquidos |
---|---|---|
Dolor al tacto | Muy común | Poco común |
Hinchazón visible | Sí, pero localizada | Generalizada o por gravedad |
Mejora con dieta o ejercicio | No | Sí |
Simetría | Sí, en ambas piernas o brazos | Puede ser asimétrica |
Aspecto de la piel | Textura acolchada o grumosa | Lisa, sin cambios visibles |
Empeora con el tiempo | Sí, si no se trata | No necesariamente |
¿Cómo identificar si lo que tienes es lipedema?
- Tus piernas están más anchas, sobre todo en muslos y rodillas, aunque no engordes.
- Sientes dolor al presionar zonas blandas.
- Tu parte superior (torso) es mucho más delgada que la inferior.
- No respondes bien a dietas o entrenamientos tradicionales.
- Sientes pesadez, rigidez o pinchazos en piernas aunque descanses.
Si te identificas con 3 o más de estos síntomas, es muy probable que no se trate solo de retención de líquidos, sino de lipedema. El siguiente paso es acudir a un especialista en angiología o fisioterapia linfática.
¿Qué papel juega la presoterapia en ambos casos?
Tanto en lipedema como en la retención de líquidos, la presoterapia (Kompressionsmassage) es una herramienta terapéutica muy eficaz. Pero su uso cambia en cada caso:
- En retención de líquidos: mejora la circulación venosa y linfática, favoreciendo la eliminación del exceso de agua.
- En lipedema: no reduce grasa, pero alivia el dolor, la inflamación y la pesadez diaria. Además, mejora el estado anímico.
La clave está en usar presiones moderadas, personalizables y de forma regular. Por eso cada vez más mujeres confían en equipos como Venen Engel para usar la presoterapia desde casa y recuperar calidad de vida.
¿Se puede tener lipedema y retención de líquidos a la vez?
Sí. De hecho, muchas mujeres con lipedema desarrollan también linfedema (retención secundaria de líquido) en fases avanzadas o tras cirugías. Por eso, un abordaje combinado es esencial:
- Presoterapia en casa de forma frecuente.
- Drenaje linfático manual (1-2 veces por semana).
- Ejercicio suave (caminar, aqua-gym, yoga).
- Hidratación + alimentación antiinflamatoria.
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¿Cuál es el mejor equipo para tratar los síntomas en casa?
Para mujeres con lipedema o retención de líquidos, el modelo Venen Engel 8 Premium es ideal por su:
- Presión regulable adaptada a sensibilidad.
- Masaje secuencial desde pies hasta la cadera.
- Programas específicos para edema y dolor.
- Facilidad de uso en casa sin ayuda profesional.
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Conclusión
Aunque el lipedema y la retención de líquidos puedan parecer similares, sus causas, síntomas y tratamiento son muy diferentes. Saber diferenciarlos te ayudará a tomar decisiones más acertadas y a elegir el tratamiento adecuado.
La presoterapia puede ser tu aliada en ambos casos, especialmente si usas un equipo adaptado a tu cuerpo, tu sensibilidad y tu ritmo de vida. No se trata solo de estética: se trata de salud, alivio y bienestar diario.
Aumentar el aumento de peso
1. La alimentación incorrecta
Muchas personas con lipedema tienen dificultades para controlar su peso. Pero hay una diferencia crucial entre el aumento de peso debido al lipedema y el aumento de peso debido a una alimentación poco saludable. La alimentación incorrecta, especialmente una alta ingesta de azúcar, alimentos procesados y grasas trans, no solo puede llevar a un aumento de peso, sino también agravar los síntomas del lipedema.
Los pacientes con lipedema son a menudo más propensos a la retención de líquidos y a las inflamaciones, lo que puede verse agravado por una dieta poco saludable. Por lo tanto, una dieta equilibrada y antiinflamatoria es esencial. Esto incluye alimentos frescos y no procesados como frutas, verduras, grasas saludables (por ejemplo, de nueces o aguacates) y proteínas vegetales. Estos alimentos no solo apoyan tu bienestar general, sino que también ayudan a aliviar los síntomas del lipedema.

Consejo: Evita el azúcar y los alimentos altamente procesados y opta por una dieta equilibrada con poca sal y grasas saludables. Esto ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo y a equilibrar el balance de líquidos.
Menos actividad, más quejas
2. Falta de ejercicio

Sin compresión no es posible
3. Falta de compresión
La terapia de compresión es un elemento esencial en el tratamiento del lipedema. Las medias o mangas de compresión ayudan a mejorar la circulación sanguínea y evitan que el exceso de líquido se acumule en los tejidos. Quien prescinde de esta terapia o no la aplica regularmente, corre el riesgo de un empeoramiento de los síntomas.
Un error común es usar medias de compresión solo ocasionalmente o elegir el tamaño incorrecto. La compresión adecuada es crucial para que puedan ejercer su efecto.
Consejo: Asegúrate de usar diariamente la compresión adecuada para reducir la hinchazón y promover el líquido linfático en el tejido. Si cambias tus productos de compresión regularmente y los cuidas bien, el éxito de esta terapia aumenta enormemente.
El problema subestimado
4. Estrés y carga psicológica
El estrés es un factor a menudo subestimado que puede llevar a un empeoramiento de los síntomas en pacientes con lipedema. El cuerpo reacciona al estrés liberando cortisol, una hormona que puede intensificar la inflamación en el cuerpo. El estrés no solo conduce a una mayor percepción del dolor, sino que también influye en el equilibrio hormonal y, por lo tanto, puede afectar negativamente al lipedema.
Consejo: Encuentra métodos de relajación que se adapten a ti. La meditación, los ejercicios de respiración o las pausas regulares pueden ayudar a reducir el nivel de estrés y aliviar los síntomas. También un paseo regular al aire libre a menudo hace maravillas.

Autoayuda en lugar de asesoramiento profesional
5. Falta de opciones de tratamiento
Existen numerosas opciones de tratamiento que pueden facilitar considerablemente la vida con lipedema. Entre ellas se incluyen, entre otras, el drenaje linfático manual, masajes específicos o también dispositivos médicos como el Venen Engel EMS Venen Board, desarrollado específicamente para el tratamiento de hinchazones. Sin embargo, muchas personas afectadas buscan ayuda solo cuando los síntomas ya están muy avanzados, en lugar de tomar medidas preventivas a tiempo.
Consejo: Consulta con tu médico o terapeuta con anticipación e infórmate sobre métodos de tratamiento de apoyo. Un concepto de terapia adaptado individualmente puede ayudarte a aliviar los síntomas de manera efectiva.

Conclusión:
Así puedes aliviar los síntomas de tu lipedema

Setu Bandhasana
Puente de hombros
Acuéstate sobre la espalda, coloca los pies cerca de los glúteos y levanta las caderas. Esta postura alivia la parte baja de la espalda y favorece la circulación en el abdomen y el pecho.
Inversiones
Usar la gravedad a tu favor
Las inversiones son ideales para dirigir el líquido de las piernas de vuelta al torso.
Viparita Karani
Cascada
Acuéstate de espaldas y estira las piernas hacia arriba en la pared. Esta postura es especialmente útil para reducir la hinchazón en las piernas.

Tu nuevo estilo de vida
Yoga como parte de un estilo de vida holístico
Además de la práctica de yoga, otros factores también juegan un papel en el apoyo al sistema linfático. Una alimentación consciente, una ingesta adecuada de líquidos y el ejercicio regular pueden potenciar los efectos positivos del yoga.
Nutrición y yoga: una combinación perfecta Una alimentación antiinflamatoria puede ayudar a reducir la retención de líquidos. Alimentos como el jengibre, la cúrcuma, los cítricos y las verduras de hoja verde favorecen la circulación y ayudan al cuerpo a eliminar toxinas.
Consejos prácticos para integrar el yoga en la vida diaria: No siempre tiene que ser una sesión larga de yoga. Incluso cinco minutos de respiración abdominal profunda o una breve postura invertida como la cascada pueden ayudar a reducir la hinchazón y relajar el cuerpo.
Meditación y atención plena: También la meditación y los ejercicios de atención plena son valiosas adiciones a la práctica de yoga. El estrés y la tensión interna pueden empeorar la retención de líquidos y la congestión linfática, por lo que la práctica regular de la atención plena ayuda a fomentar la calma mental y la serenidad. Una meditación calmante puede relajar el sistema nervioso e indirectamente contribuir a mejorar el flujo linfático. Consejos para la práctica: Respiración fluida: Presta atención a una respiración profunda y uniforme durante los ejercicios. Atención plena: Para activar el flujo linfático en tus posturas de yoga de manera específica, es importante realizar los movimientos de forma lenta y consciente. Sé atento durante los ejercicios y escucha a tu cuerpo. Si sientes dolor, ajusta la postura o cambia a otra. Regularidad: Realiza estos ejercicios regularmente para obtener los mejores resultados para el flujo linfático.
Conclusión
¿Por qué es útil el yoga para la retención de líquidos?
El yoga es un apoyo suave y a la vez efectivo para el cuerpo y la mente, para estimular el flujo linfático y aliviar el cuerpo. Con la práctica regular de yoga, no solo puedes aliviar molestias físicas como hinchazones y congestiones linfáticas, sino también fortalecer tu conciencia corporal y encontrar relajación mental. Es importante practicar con atención y respetar tus propios límites. Cada cuerpo es diferente, y se requiere paciencia y cuidado para mejorar tu bienestar a largo plazo.
El yoga ayuda con la retención de líquidos, al:
- Mejora la circulación linfática: Ejercicios específicos fomentan la eliminación de exceso de líquido del tejido.
- Estimula la circulación sanguínea: Los movimientos suaves apoyan el flujo sanguíneo y así contribuyen a la reducción de hinchazones.
- Aumenta la flexibilidad y la fuerza: El yoga fortalece los músculos y mejora la flexibilidad, lo que puede reducir las molestias por retención de líquidos.
- Reducción del estrés: El efecto calmante del yoga reduce el estrés, que puede empeorar la retención de líquidos.
Encuentra el estilo de yoga que mejor se adapte a ti:
Ciertos estilos de yoga son especialmente adecuados para estimular suavemente la circulación linfática, aliviar la hinchazón y conectar con tu cuerpo.
Yin Yoga: Yin Yoga es un estilo de yoga tranquilo y meditativo, en el que las asanas se mantienen pasivamente durante un período prolongado (aproximadamente entre 2 y 5 minutos). Se utiliza de manera específica la suave presión del propio peso corporal para dirigirse al tejido conectivo más profundo, las fascias y las articulaciones. Al permanecer estático en las posiciones, se mejora la elasticidad del tejido, se deshacen las adherencias y se estimula el flujo de líquidos en los vasos linfáticos. Esto puede ser especialmente beneficioso en casos de linfedema, ya que reduce las tensiones en el tejido y apoya suavemente la circulación.
Yin Yoga también te ofrece un espacio para la relajación y la atención plena, lo que permite que no solo el cuerpo, sino también la mente se regenere, un enfoque holístico que fortalece el autocuidado y promueve el bienestar.
Hatha Yoga: Hatha Yoga es una práctica tranquila, pero fortalecedora, que apoya el sistema linfático a través de movimientos suaves y conscientes y técnicas de respiración. A través de movimientos lentos y controlados y la concentración en la respiración y la percepción corporal, Hatha Yoga apoya suavemente la circulación sanguínea y puede así reducir las congestiones que a menudo ocurren con la acumulación de agua en el cuerpo.
Las asanas se realizan a un ritmo lento y se mantienen durante algunas respiraciones, lo que hace que el Hatha cree una fuerte conexión entre el cuerpo y la mente y fomente el equilibrio físico y mental.
Vinyasa Yoga (adaptado): Vinyasa Yoga es normalmente un estilo más dinámico, pero una versión adaptada y suave también puede ser útil para promover la circulación linfática a través de movimientos fluidos y un ligero sudor. Una clase suave de Vinyasa puede ayudarte a mantenerte en movimiento y estimular la circulación sin sobrecargar demasiado los tejidos.
Es importante evitar secuencias excesivamente exigentes que puedan sobrecalentarte o impedir el drenaje linfático. Variantes simples de asanas con pausas y tiempo para la regeneración son a menudo más efectivas aquí que posiciones demasiado exigentes o avanzadas.
Pruébalo y siente la diferencia
Descubre cómo la práctica del yoga puede influir positivamente en tu bienestar y el flujo linfático. Solo unos minutos al día, conectando conscientemente con tu respiración y cuerpo, pueden marcar la diferencia: reducir hinchazones, liberar tensiones y brindar una sensación de ligereza y alivio. Tómate el tiempo para practicar con atención plena y darle a tu cuerpo el apoyo que merece, ¡para un día a día saludable, relajado y vital!
Sobre la autora: Barbara es nuestra Brand Manager en Venen Engel y además es profesora de yoga certificada. En sus clases inspiradas en Hatha, acompaña a las participantes en su camino hacia el equilibrio físico y mental, así como al bienestar integral. Con mucha atención, anima a sus alumnos a fortalecer su propia conciencia corporal y a percibirse mejor a sí mismos.